bannerp.png

« No, TRES semanas para ésto. | Main | funambulismos con derechos »

25 de Septiembre 2007

Tranquilidad

     Me mintieron a mí. Nos mintieron a todos.

      Mientras estudiaba la carrera, me dijeron que eso de ser abogado molaba. Poco trabajo y mucha pasta. Drogas, alcohol y mujeres. Trajes caros. Podría entrar en los sitios gritando "Denny Crane", y la gente me miraría llena de asombro, con los ojos abiertos como platos de la emoción.

      Lo que nunca nadie nos dijo es que tendríamos que pringar hasta los domingos, preparando escritos de defensa, localizando clientes remolones que no pagaban y contando con los dedos de una mano los días hábiles que me quedan para la presentación de la contestación de una demanda.

      Llega un momento en el cual, a las diez y media de un domingo cualquiera, en el que después de la tercera botella de medio de coca-cola, enterrado entre papeles tienes una autentica epifanía, ¡y sin ayuda química!: Además de descubrir que el abogado de Dios tuvo que pringar aquel domingo pues había que presentar algo el lunes siguiente por que se le pasaban los plazos, recuerdas aquello que te dijo tu odioso profesor de Procesal I hace ya algunos años.

      Y ahora para todos los jóvenes que –sólo dios sabe por qué- estudiáis derecho, prestad atención. Lo más importante en el ejercicio del derecho como abogado no es que os paguen la provisión de fondos. Ni los trajes. Ni las mujeres. Ni tener un despacho compartido en la calle Serrano como prueba de vuestro triunfo sobre la vida. Ni ganar casos penales jodidos dejando criminales en la calle.

      Lo más importante que tendréis en el ejercicio profesional de la abogacía es el art. 135.1 LEC.

      Os ayudará un montón a dormir, créedme

Posted by Towsend at 25 de Septiembre 2007 a las 08:26 PM