Kick off those Sunday shoes

Chistes sobre «Footlose». En 2014. Ese es el nivel de este blog, Lo siento.

He tenido que hacer un par de búsquedas en internet para asegurarme que no era algún tipo de broma, pero parece que no lo es. El resumen viene a ser que “El departamento de policía de St. George, en Utah, hace una redada en una fiesta de Halloween para asegurarse de que no hay baile”.

Suena ridículo pero no lo es; en 2014 todavía hay gente que considera el baile como algo indecente, inmoral e incluso, -ojo- pecaminoso: mormones.

Yo tampoco lo entiendo. Estoy seguro que hay mormones que son gente maja, moderna e incluso enrollados, como el predicador mormón aquel, que vacilaba a un imitador de Michael Jackson en Barcelona.

Pero parece que los mormomnes de St. George no lo son.

St. George es la capital del condado de Washington, en el estado de Utah, una ciudad de mediano tamaño (70.000 habitantes) que tiene el honor de ser el hogar del primer templo mormón construido en Utah por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, y el primero en ser edificado en ese después que a los mormones les corrieran a gorrazos desde Nauvoo, Illinois, por un quítame allá ese Libro. Es decir, es una pequeña comunidad tremendamente conservadora regida por gente que en público dicen que no, pero en privado se casan con dos o tres jovencitas.

Hasta los políticos republicanos más conservadores han tenido que admitir con el paso de los años, que prohibir el baile porque si va en contra de los derechos constitucionales de sus ciudadanos, ya que es un ataque directo a la primera enmienda a la Constitución de los Estados Unidos (no la parte de la libertad religiosa, que también, sino la parte de la libertad de expresión).

Pero hecha la ley, hecha la trampa  y la Buena Gente de St. George aprobó en 2012 una ordenanza municipal que no es que prohibiera la celebración de bailes; es que exigía una atorización administrativa que debía ser solicitada con más de 30 días de anticipación a la celebración del baile.

«For special event applications for activities like outdoor dances and concerts, or activities seen beyond the normal and allowable scope of a business license and/or zoning, the City of St. George has made that application time at least 30 days before the activity takes place»

Como decía Montesquieu: «No hay peor tiranía que la que se ejerce a la sombra de las leyes y bajo el calor de la justicia».

Así, El caso concreto del “Fun Fiesta” de St. George queda reducido de un “los mormones prohíben el baile” a un “el dueño de la sala no ha solicitado correctamente la autorización para la celebración de una actividad para la que no tiene una licencia concreta” obviando que generalmente no se conceden este tipo de autorizaciónes en St. George.

Yo soy de los de la opinión que efectivamente, quizás nos hayamos pasado un poco de rosca con eso del twerking – o puede que mi incapacidad para hilvanar dos pasos de bailes seguidos sin resultar en un pogo sea la que hable- pero El juego de humo y espejos del derecho administrativo no debe distraernos de una cuestión fundamental: En ciertas partes de los EEUUA es necesario solicitar una autorización administrativa para celebrar un baile, mientras esgrimen su libertad religiosa para permitir a un sexagenario casarse con su segunda esposa adolescente porque así lo manda Dios.

Lo que os decía: un chiste de cinco minutos sobre «Footlose».

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