Datura stramonium

    ¿Qué es lo que diferencia a los seres humanos de los animales?
Hay respuestas para todos los gustos. El alma, como dirían los religiosos, la capacidad de razonar, que dirían los escépticos, los pulgares oponibles…
Después diez años de batirme el cobre en los juzgados llevando delitos contra la seguridad vial y de tráfico de drogas, puedo asegurar que lo que distingue a los hombres de los animales de es su capacidad de tratar de drogarse con todas y cada una de las substancias a su alcance; sean animales, vegetales o minerales, sin importarles lo realmente nocivas o peligrosas que puedan llegar a ser.
No termino de entender muy bien que es lo que lleva a alguien a descubrir una nueva droga. Hay que estar muy mal de la cabeza –o muy aburrido, que también puede ser-, para levantarse una mañana y decir, “podríamos comernos ese moho que crece en el trigo”, o lamer potasio o sapos del Amazonas.
Y sin no encuentra una droga a su gusto, se la inventa, como el infame Kokrodil, que tantas páginas ha llenado este último verano en nuestros periódicos, asuntándonos con la llegada de la nueva «droga zombi» o «droga caníbal».  Kokrodil: desomorfina (un opiáceo sintético), tan impura que hace que se te pudra el cuerpo debido a los productos tóxicos y corrosivos que se emplean para sintetizarla, dando lugar a estampas tan bellas como las que podéis ver pinchando en este mismo enlace.
Este post viene a cuento de la absolución de los dos chavales acusados de homicidio en el llamado “caso del estramonio”.
En verano de 2011, los periódicos montaron unas de esas campañas que montan en verano cuando los periodistas se van de vacaciones y se quedan los becarios rellenando columnas: “En una rave en Getafe, dos chavales murieron y otro tuvo que ser hospitalizados por haber bebido estramonio”. Si, pero no.
El estramonio es una planta tóxica que contiene varios tipos de alcaloides, y que es usada tanto medicinalmente como por sus cualidades, eeuh, recreativas, desde prácticamente siempre. En España crece en todas partes; le das una patada a un matojo en la sierra y te encuentras con una planta de estramonio.
En realidad, los chavales, que efectivamente habían estado en la conocida Rave de El Monasterio, habían tenido la feliz idea de mezclar alcohol en grandes cantidades con speed y una tisana de estramonio que habían preparado los dos acusados, para después, en pleno delirio psicotrópico dedicarse a dar vueltas absolutamente colocados a la solera, en agosto, a 40 grados a la sombra. Conclusión: Premio Darwin al combinado más alucinante.
El Juicio ha tenido de todo lo que queremos ver en un gran caso, aunque no ha tenido apenas repercusión en la tele. Se ve que los muertos de hace tres años ya no preocupan tanto como entonces: peleas entre familiares de acusados y víctimas, retrasos, testigo forense sorpresa, y, oh, ¡una absolución inesperada!
El Tribunal viene a decir en la sentencia, que si, que preparar una té con una conocida planta psicotrópica, no es, quizás, lo más inteligente que han hecho los dos acusados, pero vaya, que haberse puesto hasta las cejas de otras substancias para después salir a dar una vuelta  contribuyó a la muerte de los dos chavales, y que si uno se pone voluntariamente en una situación de riesgo, se atenúa la responsabilidad de quien le provee con la substancia.
Así que la moraleja del post viene a ser que estáis avisados: lo que hacen los chavales cuando se aburren es, eso, drogarse. Mucho.

3 comentarios en «Datura stramonium»

    • Hombre, lo de los animales era un recurso para empezar el post por algún lado. No se si era en «los dioses están locos» o «la loca historia del mundo» había un segmento donde contaban como los animales de la sabana se ponían hasta las trancas con fruta fermentada.
      Pero no me negarás que los hombres tenemos una maravillosa capacidad para querer saber si chupando codos nos colocamos.

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