« LA COMEDIA JUSTA | Main | VOY DE NEGRO Y ME PREGUNTAS EL PORQUE »

Octubre 14, 2009

EL ROBO JUSTO

Parte Uno.

Parte Dos.

Lo más seguro es que esta vez tampoco le presten mucha atención o que le digan que se calle, que no sabe de lo que habla y que no tiene ni ordenador, que lo dice en el artículo y se queda tan ancho, además; así y todo, no dudo de su inteligencia y su criterio, no me va a hacer creer que no se da cuenta de que decir eso es un error, por muy honesto que sea. No con las novelas y otras páginas que has escrito, jefe.

A pesar de tener una web estupenda hecha por otra persona en la red, ya ha declarado en otras ocasiones que este mundo virtual que nos ocupa no es lo suyo, y esto es así sobre todo por edad. No es imposible que alguien de su generación o las anteriores pueda interesarse por aprender todo lo relativo a internet y sus usos y abusos, pero lo veo muy poco probable, es curioso que el caso contrario sí se da; jóvenes y no tan jóvenes a los que tampoco les atrae el medio de comunicación más revolucionario del siglo pasado.
Aunque no esté de acuerdo con gran parte de lo que dice en estos dos artículos, si el motivo de esta nueva protesta de un autor contra la descarga ilegal de archivos -si bien, más elegante de lo habitual y con algunas ideas sorprendentes- es un favor personal a alguien o a alguna organización, me parece fatal que se vayan a pedírselo a una persona que se sabe tan tecnófoba como Marías, esto es ir a tiro hecho y lo demás son tonterías. No tiene demasiado mérito, sea esto lo que se oculta tras este repentino temor al pdf o quizá que se le haya sugerido que escriba algo para defender la causa desde su lobby particular.

En una suerte de introducción, Javier nos cuenta como robaba discos en una añeja FNAC francesa en un arrebato autodestructivo de su primera juventud –nadie se puede imaginar lo intrigadísima que estoy por este spleen en París, esto lo voy a cotillear fijo- y muy entrañable el hombre, piensa que el pequeño hurto es cosa de jovencitos alocados y díscolos, hasta admite que de ser un pipiolo ahora, también se podría bajar lo suyo; en esto casi le daría la razón, aunque yo misma sea mucho más severa que él en este aspecto. Jamás he sido capaz de robar nada, hasta me dejaron sola en una tienda de chucherías y no cogí ni un conguito mientras a mi alrededor todo el mundo se llenaba los bolsillos, durante los cinco segundos que la anciana tuvo que ausentarse por una urgencia; me parecía mal hace veinte años y me parece mal ahora, quizá porque he sido una niña pobre y sé lo que duele quedarse sin algo preciado porque te lo quiten y que no haya repuesto.
Naturalmente, yo también me he bajado música, películas, series y hasta algunos pdf; y como dice en su segundo artículo, es evidente que ya no hay vuelta atrás y que va a ser muy difícil regular esta costumbre, hace bien en anticipar eso. Sin embargo, está claro que le faltan datos y experiencias para poder llevarse las manos a la cabeza y resignarse a que la cultura vaya a desaparecer, no sé si porque no se lo contaron, ya que él no nos lee, en teoría, o porque aún sabiéndolos, no convenía que los usara para este mesado de barbas remojadas en concreto.

He de reconocer que he pensado mucho en cómo va a cambiar la difusión de la cultura y la consideración final de sus artífices a partir de este aparente paraíso de libertad creativa, algo de lo que nuestro admirado Marías se olvida constantemente, para sumergirse de lleno en el pensamiento apocalíptico; la eliminación de intermediarios y motivaciones comerciales debería llevar a que por ejemplo, fuera posible que la novela cambiase de formato y se realizara a modo de folletín en cualquier blog con mejor o peor suerte, es decir, potenciar lo independiente, si es que eso existe. Que una teleoperadora despeinada fuese considerada artista, periodista, terrorista sin necesidad de haber pasado por una formación universitaria con éxito o pertenecer a un grupito guay de tantos. Que en diez o quince años nos viésemos incluidos en una suerte de Grupo de Bloomsbury virtual, incluso una Generación del 2003, los pioneros del blog. Imaginaos, cava del Penedés, canapés, bellos efebos para vuestro exclusivo uso y disfrute, ejecuciones en directo.

Pues no.

Eso no va a ser así, porque en la blogosfera ya podemos ver lobbys de gente que se guía más por el amiguismo que por la calidad de lo escrito, eso sí que no nos lo va a quitar nadie. Que no os sorprenda que en un futuro los clasistas y elitistas de turno se saquen de la manga que debas tener unos estudios para escribir un blog, te veas obligado a tener ciertos contactos o que debas identificarte con tu nombre real de forma obligada, sólo eso ya disuadiría a muchos; adelanto que a mí no, ya sabéis que no voy a parar hasta que la turba con antorchas encuentre mi castillo.

En cuanto a la música, parece que en principio se estimula que haya nuevos compositores e intérpretes, pero siguen teniendo que pasar por los medios convencionales y las discográficas si es que quieren ver algo de dinero por lo que hacen, otra cosa es que no quisieran y lo hicieran sólo porque les gusta, al volver de su trabajo de funcionario o su larga jornada de tornero fresador. Supongo que en su caso y en el del cine la falta de financiación alguna sí podría hacerlos desaparecer o reducirlos al minimalismo, pero tampoco creo que los pobres acaben así.
Aparte, el rápido avance de la técnica va abaratando los costes de producción, si bien se echaría de menos el medio más lujoso y comercial con todas sus posibilidades; me entristecería que no hubiera todo tipo de cines, sobre todo, que serían los que más sufrirían esta teórica falta de medios. Quizá es el arte que corre mayor peligro de variar de forma sustancial, de manera que ya no se le pueda llamar “cine”, incluso, y que sólo se vea en televisión y se mezcle con series y películas, supongo que ya no lo podría ser, entonces. Pero esto no puede ser responsabilidad única del internauta descargante, que de ser, sería una pequeñísima parte del problema, sino de una decadencia del cine mismo y de las salas que viene dándose desde hace décadas. El vhs le dio un golpe, el dvd otro y el blu-ray o los discos duros, quienes ganen, quizá le den uno final, pero sólo a la forma de exhibición, que no a lo que se proyecte.

Sobre apreciaciones sentimentales, me divierte lo del modelo soviético que teme tanto Javier, pero me temo que eso ya pasa desde hace tiempo, suele haber un grupo que va a remolque del gobierno o la corporación de turno y las diferentes fuerzas opositoras, si bien tú puedes estar fuera de esa clasificación y tener tu propio grupo de amigos, dedicarte a los talleres de escritura creativa, trabajar en los mismos periódicos, ir a las mismas fiestas, reuniros en un hotel en plan tertulia de los años veinte, favorecerse críticamente, atacarse por rencillas personales y luego criticar a otros grupos por hacer lo mismo. Que no se compren ni los cromos de la Etxe en tanga de regalo no sé si tendría la fuerza suficiente para variar eso, tan poderoso veo el amiguismo español.

Hace unos años me bajé mucha música, por ejemplo; pero he acabado por no necesitarlo y agobiarme la infinita oferta de series y películas para ver, cedés que escuchar, pdfs de lo nunca leído etc., y aunque entiendo que es maravilloso poder elegir entre tanto, a veces creo que no se usa de forma racional, no se sabe seleccionar, hay una cierta inercia en todo esto, como cuando algo es gratis y todo el mundo se tira en tromba a por ello, aunque en realidad no les apetezca mucho. Y no creo que dure siempre, ya estarán próximos a encontrar un forma de control.
Ese pensamiento y el ver a gañanes opinando que ellos son como un artista, que no son especiales –vale chaval, escribe como Nabokov, compón como Bowie, haz un cursillo para ser como Kubrick y por favor, quédate sin pensión, acaba tus días como Poe o como Bukowski- , gente que luego se baja las cosas por bajárselas y ni llegan a mirarlas de cara, pijos que podrían comprárselas todas y lo hacen para ser guays, los que se bajan lo que haya que ver, leer o escuchar y nunca hacen elecciones propias etc. son lo que me detiene a la hora de posicionarme en un lado u otro de este tema o apuntarme a una página de feisbuk; creo que no quiero estar en nada con gente así aunque la SGAE me parezca la mafia más absurda de la Historia y peor intermediario que todas las ETTs del mundo juntas.

Además, no sé qué me pasa, que al final todos los libros y dvds y cedés que tengo me los acabo comprando porque siento que no tengo todas esas cosas “de verdad” si no lo hago, es como si estuvieran en un limbo extraño, a punto de desaparecer, como yo misma y todos estos posts; que ya no soy única y rara, soy como cualquier otra. Ya me parece que no significara nada y no ser nadie, lista para que me resuman y ser como el blog de la chica de al lado o que en la portada pongan a una más guapa y más joven, menos melancólica, que se lea sin esfuerzo y sin pena .

Posted by Xisca at Octubre 14, 2009 3:34 AM

Comments

> Pero esto no es responsabilidad única del internauta descargante, sino de una decadencia de las salas que viene dándose desde hace décadas

El caso es que el cine (el proyectado en salas) no va tan mal. Efe dice:

http://efemondo.blogspot.com/2009/09/datos-maledicentes-sobre-cine.html

En resumen: Baja el número de cines, pero aumenta el número de salas. Baja el número de espectadores, pero aumenta la recaudación al ser mayor el precio de la entrada. Mucho llorica es lo que hay suelto

Posted by: Eme A at Octubre 14, 2009 8:38 AM


Lo he cambiado un poco, porque no me refería a que fuese, sino a que pudiese ser, esa frase ya me parecía mal ayer.
Ya leí ese post en su día, y que no vaya tan mal, significa que va mal, aunque con la palabra "decadencia" me refiera sobre todo a contenidos e ideas, no a las recaudaciones. Yo que quería sintetizar conceptos, debí explicarlo más.

Si pudieran hacer cine sin necesitar tanto dinero, creo que sería mejor para todos, autores asustados incluidos, que ya lo digo yo; no va a desaparecer nada, sólo va a cambiar.

Posted by: Xisca at Octubre 14, 2009 1:57 PM

Post a comment




Remember Me?