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30 de Octubre 2003

Tosss

   Como ya sabréis la mayoría, media madrid está enferma de gripe. Se trata de una cepa del virus de la gripe especialmente virulenta, que a una persona joven y sana le mete –por lo menos- un par de días en la cama, con treintaytantos de fiebre y echando hasta la primera papilla.

   Yo mismo he sido victima de esta gripe hace un par de semanas. Astutamente, decidí no vacunarme este año contra la gripe como vengo haciendo desde hace un par de años, y como consecuencia de ello, me han quedado dos secuelas. La habilidad para que todo el mundo caiga enfermo a los dos días de haber disfrutado de mi presencia y una tos que ha conseguido que tenga agujetas en los pulmones como si llevase treinta años fumando. Una tos en dos tiempos, seca en el “coo~” y húmeda, acompañada de gargajos marrones en el “~offf”. Es tan divertida esta tos que he decidido compartirla con la humanidad; no voy a ser yo el único que disfrute de las maravillas de sentir las placas de mocos secos adheridas a la garganta.

   Así que he decidido hacer algo por mi comunidad. Tosiendo y esputando me he acercado esta mañana a la casa del jubilado que hay al lado del despacho y he compartido con los yayos que allí estaban un par de intensas horas, regalándoles mis toses y aguantando sus histerias varias, compartiendo con ellos mi viciada respiración y escuchando sus lamentos sobre el poco caso que les hacen sus hijos o lo mal que está Madrid últimamente.

   Y en eso estoy de acuerdo. Madrid está fatal Hay demasiadas casas ocupadas por ancianos que realmente no las necesitan, así que he decidido colaborar con el ayuntamiento para poner todas esas viviendas infrautilizadas en el mercado inmobiliario de nuevo.

   Cuando salía por la puerta he oido toser al viejecito del respirador de oxigeno.

Posted by Towsend at 4:36 PM

29 de Octubre 2003

Desmanes

   Me tiene absorto el trabajo. O casi. Por lo menos no paro de picotear en unos casos y en otros, avanzando en buena parte de la tramitación de todos ellos.

   Lo malo es que cada vez que creo que estoy a punto de darle carpetazo a un asunto y me pongo a dar brincos de alegría pensando que por fin voy a cobrar algo, el destino le da una nueva vuelta de tuerca a la parodia judicial que es mi vida, haciendo que el tema se alargue otros dos meses y dejándome a mí con una mueca siniestra en la cara y un palmo de narices.

   En esta ocasión, básicamente, se trataba de inscribir una sentencia de usucapión de un inmueble en el registro de la propiedad de Madrid. Después de lidiar durante tres días con los servicios de Hacienda de la Comunidad y conseguir que declaren el inmueble exento del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales Onerosas, me acercaba, al Registro 14 y sentia que había algo que no terminaba de cuadrar. No podía ser que después de tantos años, por fin fuese a terminar este asunto.

   Y así es.

   Básicamente, el registro dice que la sentencia está mal hecha. La Juez dice que la sentencia es impecable. Uno y otra marean la perdiz, y mientras tanto, la casa sin barrer, la Sentencia sin inscribir y mi cliente subiéndose por las paredes y echándome a mi la culpa de que Juez y registrador sean unos inútiles. Yo parto del principio fundamental de que todos somos humanos –menos el Gablin, pero esa es otra historia- y de que quien tiene boca se equivoca, pero hay gente a la que deberían coserle la boca con hilo de Adamantium y no abrirla para no equivocarse. Los jueces son esas personas.

   Mientras tanto, en otro juzgado; uno de un pueblo perdido de Segovia, me llama el procurador para decirme –atentos- que en el juzgado han perdido el expediente. No lo encuentran; ha desaparecido; ha volado. El viento se lo llevo. Nanay, kaput, finito. Y yo sentado en mi silla ergonómica nueva, miro la pila de papeles que tengo delante y me pregunto cómo es posible que en un Juzgado Pierdan un expediente entero. No un papel o dos, cosa que aunque falta imperdonable, puedo comprender –me ha pasado a mi mismo con unas consecuencias que ya comentaremos otro día-. ¡Un expediente entero! ¡De trescientos folios! Y ha volado. Si en el mundo editorial hablan de los duendecillos traviesos de la imprenta que hacen que tiradas enteras se las trague la tierra, en el mundo judicial tendrían que hablar de los genios hijosdeputa del archivo, que pueden retrasar los pleitos durante años y años.

   Para que luego la gente se queje de cómo funciona la justicia, acabo de oir en la radio que a Justicia le han recortado el presupuesto del año que viene en 20 millones de Eypo. ¡País, coño!

Posted by Towsend at 6:29 PM

22 de Octubre 2003

El mundo es un pañuelo

   En mi caso y estos días es un pañuelo húmedo y lleno de mocos con la consistencia de un filete de ternera; pero esa es otra historia, que casi mejor leáis en algún otro blog.

   El otro día, en clase de japonés, la profesora pasaba lista.
   - ¿Y usted, como se apellida?
   - Fontes.
   - ¿Fontes? ¿Tiene algo que ver con el Padre Fontes McGuinnes?
    - ¿Uh? ¿Quíen?

   Tras consultarlo con mi padre y con mi tío, Resulta que sin saberlo, tengo un tío-abuelo lejano, primo de mi abuelo, sacerdote jesuita que lleva cuarenta años de misionero en una aldea perdida de Japón. El tipo debe rondar los 85 años y se le ha distinguido con la doble nacionalidad hispano-japonesa, habiendo adoptado como apellido japonés “Izumi”, que viene a significar manantial, lo que no queda demasiado lejos del origen etimológico del apellido Fontes.

   ¿Y de verdad pretenden que me crea que hay tantísimos millones de personas sueltos por el mundo?

Posted by Towsend at 12:37 PM

16 de Octubre 2003

Esperando.

¡Ding! 32...
   Miro por primera vez el llamador. Son las diez y media de la mañana, y estoy en uno de los sitios que más odio en mi trabajo. La Delegación del Gobierno en Madrid, Área de Trabajo y Asuntos Sociales. A muchos les sonará a chino, así que aclaro que se trata de la administración publica que tramita en Madrid todos los asuntos de Extranjería. Tengo el numero 83 y he conseguido colarme en Información y Registro en la primera planta. A las miles de personas que pasan por aquí cada día las despachan con una cola enrome que sale del número 41 de la calle Bretón de los Herreros y da la vuelta a la manzana. De hecho los primeros días de Enero de cada año, la cola da la vuelta a varias manzanas. Para entrar en Información y registro hay que haber pedido cita a través de un numero 902 que te deja durante horas en espera, pero como han visto el color de mi piel no me han puesto excesivas trabas para entrar.

   Es una sala diáfana con cuatro mesas de despacho al fondo. Enfrente de las mismas hay muchas hileras de sillas, donde aguarda una multitud de gente. Solo hay una señorita para atender aquí. Las otras tres, me dice indignada una chica de aspecto sudamericano, han bajado a desayunar.

   Miro el llamador y me desespero. Decido sacar “el Jueves” que me he comprado esta mañana y leer.

¡Ding! 33...
   Miro el llamador, y después mi reloj. Siete minutos para atender a un chico de aspecto marroquí. Echo las cuentas de cabeza y empiezo a gimotear. Voy a salir de aquí a las mil y monas. Sigo leyendo mi revista.

¡Ding! 34...
   Miro el llamador. Nadie contesta, así que automáticamente, y sin dar apenas tiempo, la señorita vuelve a pulsar.

¡Ding! 35...
   Miro el llamador. Se levanta corriendo y levantando repetidamente la mano para que la señorita de la mesa se fije en ella, una señora algo gordita de tez morena. Sigo leyendo.

¡Ding! 36...
   Miro el llamador. Miro mi numero. Sigo leyendo.

¡Ding! 37...
   Miro el llamador. Miro mi numero. Sigo leyendo. Siguen publicando a IVÁ. Ésta es la tercera vez que veo esta tira del Maki en “El Jueves”.

¡Ding! 38...
   Miro el llamador. Miro mi numero. Sigo leyendo.


¡Ding! 39...
   Miro el llamador. Miro mi numero. Termino la revista, le doy la vuelta y comienzo a leerla de nuevo.


¡Ding! 40...
   Miro el llamador. Miro mi numero. Ha pasado casi una hora. Las otras tres señoritas de las mesas no dan señales de vida. Deben de haberse muerto. Más les vale estar muertas a esas putas de mierda, pienso yo...


¡Ding! 41...
   Miro el llamador. Miro mi numero. Sigo leyendo.

¡Ding! 42...
   Miro el llamador. Miro mi numero. Sigo leyendo.


¡Ding! 43...
   Miro el llamador, pero, de nuevo, nadie contesta.

¡Ding! 44...
   Tampoco contesta nadie esta vez.

¡Ding! 45...
   Se levanta una señora para acceder a su numero, pero a la carrera aparece un chico que llevaba el número 44. Había salido un momento a fumarse un cigarro. La funcionaria le dice que lo siente, pero que se le ha pasado el turno. Él suplica y explica que lleva aquí desde las nueve de la mañana. Ella le dice que se saque otro numero; se da la vuelta y empieza a atender a la señora del 45. El chico se da la vuelta y se va.


¡Ding! 46...
   Miro el llamador. Sigo leyendo.

¡Ding! 47...
   Paso de mirar el Llamador. Me he vuelto a terminar la revista. Rebusco en mi cartera a ver si hay algo interesante. Saco “Nana” en inglés, que me presto Germán hace un par de semanas y que tenía bastante abandonado. Me pongo a leer.

¡Ding! 48...
   Sigo leyendo.

¡Ding! 49...
   Casí las doce, cuando aparecen dos de las funcionarias que faltaban. Vienen hablando y riéndose de algo relacionado con “Gran Hermano”. La tensión se nota en el ambiente. Veo miradas de dio y puñales clavándose en las nucas de estas perras.

¡Ding! 50...

   Miro el llamador. Sigo leyendo. Casi de inmediato vuelve a sonar el sonido metálico que anuncia un nuevo número.


¡Ding! 51...
   Y otra vez. En el fondo doy gracias porque hayan venido, Ahora esto va bastante más rapido.

¡Ding! 52...
   Miro el llamador. Sigo leyendo.

¡Ding! 53...
¡Ding! 54...
¡Ding! 55...

   Miro el llamador, que vuela. No se donde estarán estos números, pero desde luego han perdido su vez. Reflexiono. Esta gente no es gente. Son números; timbrazos. La mayoría de ellos dejan las mesas con una mueca funesta. No parece que estas señoritas estén ayudando demasiado a nadie. Sólo de vez en cuando imprimen algo o sellan alguna solicitud.

¡Ding! 56...
   Miro el llamador. Sigo leyendo.

¡Ding! 57...
   Miro el llamador. Echando cuentas de cabeza, me fijo en que es la mitad de mi espera. Ya queda menos. Y ahora esto va bastante más rápido.

¡Ding! 58...
   Miro el llamador. Sigo leyendo. El libro está muy bien, pero me he dejado las gafas en el despacho y ya me duelen los ojos de forzar la vista. Lo aparto un poco y veo

¡Ding! 59...
   Miro el llamador. Miro a la gente. Hispanos, Magrebíes. Algunos caucásicos. Muchos negros. Una sociedad multirracial, todos igualados ante la administración; que no les hace caso ni a unos ni a otros. La única diferencia está en el trato. A los Españoles y a los que claramente son gestores o abogados, las señoritas les dirigen la palabra con un tono mucho menos arrogante de cómo lo hacen a un venezolano o a un senegalés.

¡Ding! 60...
   Miro el llamador. Intento seguir leyendo, pero no me concentro.

¡Ding! 61...
   Miro el llamador. Ya queda menos; me doy ánimos. Saco una hoja de clase de japonés, la apoyo en la carpeta y empiezo a practicar el hiragana. A, I, U, E, O... KA, KI, KU, KE, KO... Madre mía. Espero mejorar.

¡Ding! 62...
   Miro el llamador. Aun no me toca. Es casi la una. Tengo hambre y me suena la tripa. Sigo con el silabario.

¡Ding! 63...
   Nadie responde.

¡Ding! 64...
   Tampoco.... Mentalmente me alegro. Creo que dejo esbozar una sonrisa.

¡Ding! 65...
   Miro a mi alrededor. Nadie hace el menor gesto. Estoy tentado de ir corriendo a decir que soy yo, pero seguro que me pedirían el tique.

¡Ding! 66...
   Miro el llamador. Se levanta por fin una pareja de Magrebíes y se acercan a la mesa.

¡Ding! 67...
   Miro el llamador. Sigo con el silabario.

¡Ding! 68...
   Miro el llamador. Me doy cuenta de que hace ya una buen rato que no miro mi número. Creo que en el fondo espero que haya descendido media docena de números, pero no tengo tanta suerte. Sigue siendo un maldito 83.

   Odio a la gente, pero especialmente odio ESTE sitio. Sigo con el silabario. Cada vez falta menos para que me toque.

¡Ding! 69...
   Miro el llamador.

¡Ding! 70...
   Miro el llamador. Me fijo en un tipo trajeado y con bigote que cruza la puerta en ese mismo momento. Huele a abogado a la legua. Se acerca con todo el morro a la primera mesa y hace su consulta. La gente comienza a murmurar. Una señora está esperando detrás de él con sus papeles en la mano, mientras él, de pie y apoyado sobre la mesa, habla con la funcionaria. Finalmente y tras haberle entregado unos papeles a la chica. Se va. Cuando sale, un chaval con rasgos indios, que lleva esperando casi tanto tiempo como yo, choca deliberadamente con su hombro. Por un momento se masca la tensión, pero el abogado sale, como riéndose de todos los que llevamos allí esperando ya un par de horas. “Hijoputa”, murmuro. El señor que está a mi lado asiente.


¡Ding! 71...

   Miro el llamador.

¡Ding! 72...
   Miro el llamador.

¡Ding! 73...
   Miro el llamador. ¡Sólo me quedan diez números!

¡Ding! 74...
   Miro el llamador. De repente caigo en la cuenta que la cuarta mesa, sigue vacía. Tanta desidia me cabrea. Y a estas alturas ya estoy bastante cabreado.

¡Ding! 75...

   Nadie aparece. ¡Ole, Ole, Ole! Pulsan el siguiente número.

¡Ding! 76...
   Miro el llamador. Poco; muy poco. Ya estoy casi desesperado. Necesito ir al baño; pero no pienso dejar mi silla ahora

¡Ding! 77...
   Miro el llamador. Oigo unas voces que vienen de una de las mesas; Un tipo con aspecto sudamericano discute agriamente con la funcionaria. Él le pide que mire unos papeles. Ella se niega. Le dice que están fuera de plazo y que no puede hacer nada por él. No se de donde, pero aparece un guardia de seguridad que se posa amenazante detrás del chico que esta en la mesa, con las manos en el cinturón, en pose, John Wayne.. Ella pulsa el botón ¡Ding! 78...Miro el llamador instintivamente. El chico comienza a protestar, pero ella le dice que no puede hacer nada por él. El guardia le pide que abandone el recinto. Está Armado y no parece que le guste tratar con estas persona. “¡Puta zorra de mierda!” es lo único que se atreve a exclamar el chaval, mientras amenaza con el puño y se dirige a la puerta. El guardia le acompaña.

¡Ding! 79...
   Miro el llamador. Las dos menos cuarto. Me fijo en que la sala está a rebosar. Está gente va a estar aquí hasta las cinco de la tarde, me digo a mi mismo

¡Ding! 80...
   Miro el llamador. He guardado los apuntes de japonés. Me va a tocar en cualquier momento.

¡Ding! 81...
   Miro el llamador. Había hablado demasiado pronto. Las consultas que se están llevando a cabo ocupan casi diez minutos cada una. Maldigo mi suerte. ODIO este sitio. ¡Lo odio a muerte!

¡Ding! 82...
   Nadie responde... Y...

¡Ding! 83...
   Miro el llamador. ¡¡Mi número!! Pegando un brinco, levanto la mano, y me dirijo a la mesa que me ha correspondido..

Posted by Towsend at 1:30 PM

14 de Octubre 2003

Nihongo.

    Como muchos de vosotros ya sabéis, empiezo a estudiar japonés en la Escuela Oficial de Idiomas este Martes.

    Es algo que he querido hacer desde hace mucho tiempo, pero jamás había intentado matricularme y muy posiblemente este año tampoco lo habría hecho si no llega a ser por Marta. Me llamó un buen día de Abril y me dijo “¿Oye, has echado ya la solicitud para la Escuela? ¡Porque HOY es el ultimo día!” Tengo que reconocer que durante un momento no sabía ni de que hablaba. Pero gracias a ella me inscribí en tiempo. Me dijo que documentación tenía que aportar y donde y como tenía que enviarla. Sin ella, no me habría matriculado. Gracias, preciosa.

    Después, en Junio, por un momento Marta quiso matarme cuando a mi aceptaron a la primera por puntos, mientras ella entraba en “lista de espera”. Por suerte, estaba en un puesto muy bajo de dicha lista y ha podido matricularse. De hecho, se ha matriculado en mi misma clase.

    Y aquí estoy, enfrentándome a la tarea de aprender un idioma nuevo; yo que había jurado no volver a pisar un aula en mi vida. En el fondo creo que simplemente echaba de menos la vida de estudiante. Para celebrarlo, voy a montar una fiesta toga.

Posted by Towsend at 1:46 PM

11 de Octubre 2003

Encantado de conocerte...

   Con todos ustedes, sus satánicas majestades; los Rolling Stones en una de sus mejores canciones. Simpatía por el Diablo.

   De esta canción, hay dos versiones francamente buenas –digan lo que digan algunos- Me quedo con la de los Stones por eso de que es la original y porque la de los Gun n’ Roses realmente no aporta nada nuevo –salvo el aullidito del lobo de fondo al principio del tema-, aunque tengo que reconocer que también me gusta. Si prefiero la de los Rolling, es simplemente porque me hace gracia la pinta de canalla que sigue manteniendo Mick Jagger a sus sesenta años.

richards3.gif
Sympathy for The Devil

Please allow me to introduce myself
I’m a man of wealth and taste
I’ve been around for a long, long year
Stole many a man’s soul and faith
And I was ’round when jesus christ
Had his moment of doubt and pain
Made damn sure that pilate
Washed his hands and sealed his fate
Pleased to meet you
Hope you guess my name
But what’s puzzling you
Is the nature of my game
I stuck around st. petersburg
When I saw it was a time for a change
Killed the czar and his ministers
Anastasia screamed in vain
I rode a tank
Held a general’s rank
When the blitzkrieg raged
And the bodies stank
Pleased to meet you
Hope you guess my name, oh yeah
Ah, what’s puzzling you
Is the nature of my game, oh yeah
I watched with glee
While your kings and queens
Fought for ten decades
For the gods they made
I shouted out,
"who killed the kennedys? "
When after all
It was you and me
Let me please introduce myself
I’m a man of wealth and taste
And I laid traps for troubadours
Who get killed before they reached bombay
Pleased to meet you
Hope you guessed my name, oh yeah
But what’s puzzling you
Is the nature of my game, oh yeah, get down, baby
Pleased to meet you
Hope you guessed my name, oh yeah
But what’s confusing you
Is just the nature of my game
Just as every cop is a criminal
And all the sinners saints
As heads is tails
Just call me lucifer
’cause I’m in need of some restraint
So if you meet me
Have some courtesy
Have some sympathy, and some taste
Use all your well-learned politesse
Or I’ll lay your soul to waste, um yeah
Pleased to meet you
Hope you guessed my name, um yeah
But what’s puzzling you
Is the nature of my game, um mean it, get down
Woo, who
Oh yeah, get on down
Oh yeah
Oh yeah!
Tell me baby, what’s my name
Tell me honey, can ya guess my name
Tell me baby, what’s my name
I tell you one time, you’re to blame
Ooo, who
Ooo, who
Ooo, who
Ooo, who, who
Ooo, who, who
Ooo, who, who
Ooo, who, who
Oh, yeah
What’s me name
Tell me, baby, what’s my name
Tell me, sweetie, what’s my name
Ooo, who, who
Ooo, who, who
Ooo, who, who
Ooo, who, who
Ooo, who, who
Ooo, who, who
Ooo, who, who
Oh, yeah

Posted by Towsend at 1:18 AM

10 de Octubre 2003

Sangre de mi sangre

   Cuando estudiaba en la facultad, donaba sangre cada seis meses, aprovechando que traían un autobús de la cruz roja a las facultades, pero desde que empecé a trabajar había dejado esa práctica porque nunca me venía bien acercarme a alguno de los centros de donación. Desidia, más que nada.

   En realidad, mis motivos para donar sangre no han sido nunca nada altruistas. Lo hago por egoísmo puro y duro. Si alguna vez me tienen que poner sangre, espero que haya la suficiente como para evitar que me desangre por culpa de que no hay sangre en los hospitales. Así que contribuyo de antemano.

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   Ayer por la tarde, dando un paseo por el Centro, encontramos a uno de los autobuses de donación. Como teníamos tiempo y habíamos comido bien, decidí cumplir con lo que ya es una tradición. La verdad es que mi grupo sanguíneo es de lo más normalito; A +, pero eso no quita para que en un momento determinado mi sangre sea tan necesaria como la de cualquiera. Mientras me pinchaban y comenzaba a apretar y soltar el puño, pensé en donde podría acabar esa sangre que estaba donando. ¿Un accidentado? ¿Un transplante de algún órgano vital? ¿Una operación de almorranas? Ni idea, pero esa parte de mi sería para otra persona a partir de ese momento.

Imagen_084_reducida.jpg

   15 minutos después , con un sándwich de pollo con manzana en las manos y un par de bolsas de sangre menos, continuaba mi paseo tranquilamente.

   ¡Así que ya sabéis; a donar sangre! ¡Hacedlo por el bocata; hacedlo por mi!

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Posted by Towsend at 2:32 PM

9 de Octubre 2003

Cambios

   Como podéis ver, he vuelto a cambiar el Banner del Blog. Esta vez, se trata de una colaboración insospechada entre Darío y Germán. Gracias a ambos.

   Si, el tipejo ese de la perilla soy yo.

Posted by Towsend at 2:00 PM

8 de Octubre 2003

Chapuzas

   Por primera vez en dos años, me desierto –casi- voluntariamente antes de las seis y media de la mañana. Ayer, mientras me estaba intentando matricular de primero de japonés en la Escuela Oficial de Idiomas, me llamó mi jefa para pedirme encarecidamente que fuese a un Juicio de Faltas en su lugar. “Pedir encarecidamente”, para quien no lo entienda, es un eufemismo para “lo haces y punto”. Tanto da que yo en procedimiento penal esté absolutamente pez y que no tenga ni puñetera idea sobre que versa el asunto. El juicio es a las nueve y media de la mañana y ella no puede ir.

   Venciendo el sueño, que se ha apoderado de mis ojos y que se niega a abrirlos, me he despertado, duchado afeitado y vestido de traje –no necesariamente en ese orden- y me dirigido al autobús.

   Sorprendentemente, sigo viendo las mismas caras cansadas en el autobús después de dos años. La gente hace cola mansamente mientras empiezan a maldecir el frío de las mañanas. Los menos leen el periódico comprado en el quiosco que hay junto a la parada. Los más ponen cara de haber olvidado la bufanda. Y yo miro somnoliento el reloj cada minuto para asegurarme de que tengo tiempo de sobra para poder pasarme por el despacho a recoger el expediente, llamar al juzgado y suplicar por un milagro. No pido un milagro grande, no. Sólo necesito que al juez le de un infarto o algo así.

   El autobús saturado de silencios, marcha por el carril BUS-VAO dejando atrás el atasco de la nacional VI y entrando en el intercambiador de Moncloa a toda velocidad, donde la gente, cambia un transporte público por otro. Bien autobús, o bien metro, que es como un campo de pruebas de olores y sabores del mundo. Estoy a punto de perder el sentido un par de veces, pero me sobrepongo en cuanto recuerdo que teng que estar en trece minutos en el despacho y empollarme el procedimiento de Juicio de Faltas antes del las nueve.

   Cuando salgo en la estación del despacho aun es de noche y aun no se han colocado en sus puestos los repartidores del “20 minutos” y del “metro”, en el quiosco aun no han recibido El Jueves y algo en mi interior se rebela cuando estoy a punto de comprar el Mundo. Mejor paso. Prefiero no leer a tener que leer según que cosas.

   Ya en el despacho, comienzo a llamar al Juzgado, donde una bonita voz de maquina me informa que hasta las ocho no existen para nadie. No tengo tiempo ni para tomarme un café. Llamo al cliente para decirle que tiene que estar en Plaza de Castilla a las nueve y a través del teléfono móvil me comunica que está en Toledo y que como no le salgan alitas y un turborreactor, a las nueve estará en la Plaza de Zocodover, pero difícilmente en la de Castilla. Maravilloso. Le intento explicar que como no se presente, le van a declarar en rebeldía, y que sin él, yo no puedo entrar en la vista. “Haz lo que haga falta” me espeta como amenazándome; como si yo pudiese sacar mi varita mágica y convertir a un juez en un ser sumiso que se crea todas las quimeras del mundo sólo porque se las cuenten poniendo morritos. Mal lo llevamos. Jura y perjura que a él no le han notificado nada una vista para esta mañana. Por medio segundo estoy tentado de creerle. Agarro el expediente y me lanzo a la aventura.

   Embutido en metro otra vez, hasta los juzgados, rodeado por tiernos infantes camino de los colegios. Creedme que comprendo y comparto las aficiones de Herodes. No hay cosa que odie más que a un niño, con su mochilita con ruedas, chillando y babeando. Bueno, si que lo hay; varios cientos de niños de estás características en mi mismo vagón de metro. Sarín. Mucho sarín.

   En el juzgado, discutir con los oficiales es casi un pasatiempo agradable. Gente que simplemente pasa de todo y de todos. Cuando pido ver el rollo –si, termino jurídico que se usa para referirse a los autos- me dicen que ya los tiene el Juez. Exijo ver las cedulas de citación y compruebo que no estamos citados. En ese momento se ha iluminado una luz al final del túnel y he –casi- ordenado suspender la vista para hoy, con una sonrisa de autosuficiencia como las que gastan los litigantes más veteranos; esos que se saben todos los resquicios y recovecos de la ley. Al principio se negaban, pero me he cerrado en banda, alegando una clara infracción del procedimiento y al final me he llevado el gato al agua.

Finalmente, he conseguido que suspendan la vista de hoy. Pero me ha dado la sensación de que la abogada de la parte contraria, que si había vendido con su cliente y su enorme tocho de papelotes, me ha mirado con cara de odio. He intentado hablar con ella despues de salir de la secretaría del juzgado; creo que le interesa llegar a un acuerdo con un tipo como yo antes de pelearnos por un quítame-allá-esos-cuartos –que además ni siquiera son muchos-.

   Me odian por hacer mi trabajo; he triunfado. Ahora sólo necesito que me odien por ser yo mismo.

Posted by Towsend at 6:44 PM

3 de Octubre 2003

Extraños

     En la cola del autobús, como cada día al terminar la jornada laboral, con los cascos puestos y disfrutando de un poco de lectura rápida. De repente noto un golpe suave en el hombro. Me doy la vuelta y allí tengo una cara que me resulta vagamente familiar, que me escruta y me sonríe.

     Durante nuestra infancia, tenemos amigos más o menos íntimos que durante una época marcan nuestras vidas, al igual que nosotros marcamos las suyas. Nos rodeamos de chavales, con los que compartimos gustos, juegos, bromas, secretos y amistad. Después poco a poco, esos amigos van cambiando. Bien puede ser que a uno le cambien de clase, o de colegio. Puede que los gustos vayan divergiendo. O que finalmente, sobre los quince años alguien se eché novia –y ella odie a todos los demás- O puede que se empiecen a echar unos amigos –otros amigos- a los que simplemente detestas.

     Poco a poco, esa amistad va perdiendo fuerza; van rompiéndose los lazos; hasta que un día dejas de ver a ese amigo tuyo tan querido. Y al final simplemente es un conocido más.

     De vez en cuando les recuerdas y les añoras, y te preguntas qué habrá sido de ellos.

     Y ahora, lo tienes delante de ti, convertido en un ser humano adulto, y resulta que es... un autentico cretino. Homófono, racista, sinvergüenza e hijoputa. Lo tiene todo el animalito. Y mientras vomita bilis por su boca, me golpea con el codo y guiña un ojo intentando hacerme cómplice de cada una de sus barrabasadas. Yo sonrió y le escucho sin prestarle atención, mientras fantaseo con la idea de romperle la traquea de un golpe de kung-fu. Por medio segundo me creo Harry Tasker.

     Hace tiempo que no tenía la desgracia de hablar con semejante despojo humano. Cuando se baja del autobús me pregunto a mi mismo que tenía yo en común con ese tipo; y si sigo teniendo algo en común con él.

     Que alguien me diga que no.

Posted by Towsend at 12:55 AM

1 de Octubre 2003

La Libertad de Expresión

     Mucho habréis leído hoy sobre la libertad de expresión. La mayoría de las veces, y según donde, habrán saldado el tema con un “decir lo que me sale de los cojones”. Nada más lejos de la verdad. La libertad de expresión –en mi opinión- debe entenderse como un “decir lo que me sale de los cojones, siempre que estés dispuesto a pagar el precio por hacerlo”. Como se aprende a lo largo de la vida, todo tiene un precio; y cuanto más crudo, más valor.

     Artículo 20 (De la Constitución Española de 1978, se entiende)
     1.- Se reconocen y protegen los derechos:
a.- A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción.
b.- A la producción y creación literaria, artística, científica y técnica.
c.- A la libertad de cátedra.
d.- A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. La ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el ejercicio de estas libertades.
     2.- El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa.
     3.- La ley regulará la organización y el control parlamentario de los medios de comunicación social dependientes del Estado o de cualquier ente público y garantizará el acceso a dichos medios de los grupos sociales y políticos significativos, respetando el pluralismo de la sociedad y de las diversas lenguas de España.
     4.- Estas libertades tienen su límite en el respeto a los derechos reconocidos en este Título, en los preceptos de las leyes que lo desarrollen y, especialmente, en el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia.
     5.- Sólo podrá acordarse el secuestro de publicaciones, grabaciones y otros medios de información en virtud de resolución judicial.

     La libertad de Expresión tal y como la conocemos se constituye como uno de los primeros derechos civiles (que no fundamentales ni humanos) en ser reclamados en el Siglo XIX. Esto es, la oportunidad de expresar públicamente una idea política –o no- sin miedo a una posible censura o represión por parte de la autoridad. Esa es la verdadera esencia de la libertad de Expresión. Un derecho personal a dar una opinión.

     Pero como todos los derechos, la Libertad de Expresión tiene un límite ¿No lo sabíais? Bueno, pues si. El limite de la libertad de expresión está en el derecho al honor y a la intimidad de los demás. Sucintamente, yo puedo expresar libremente una opinión sobre algo o alguien, pero puede que ese alguien, ya sea un persona física o jurídica, una institución estatal o un montón de excrementos de gorila de montaña no aprecie de igual modo mis sanas críticas.

     Y por supuesto este es un derecho que tenemos todos. ¿Todos? Si, incluso los fascistas que se reúnen el 20-N a llorar la muerte de Franco. Cuando aparecen 200 anarkistas y empiezan a reventarles sus concentraciones –legalmente convocadas, haciendo uso de otro Derecho recogido en nuestra Constitución- ¿no están acaso coartando la libertad de expresión de esos fascistas?. ¿O es que resulta que sólo tienen derecho a disfrutar de la libertad de expresión los progres de lengua afilada y los plumillas de coderas de cuero?

     ¿Qué que pretendo decir con este post tan pesado y tan reaccionario? Pues algo así como cuidadito con lo que decís, que vuestras libertades terminan donde empieza mis derechos.

     Así que ya sabéis. ¿Queréis gritar a los cuatro vientos vuestra condición de homosexuales? Maravilloso. ¿Queréis amonestar a las masas advirtiéndoles de la llegada inminente de la tercera republica? Fantástico. ¿Queréis decirle al mundo lo muchísimo que queréis a vuestra novia Jacinta? ¡Adelante! ¿Queréis cagaros en la putamadre de vestro jefe, que es un chorizo, cabrón, nazi, pederasta y borracho? Disfrútalo. ¡Un momento! No, no vais a disfrutarlo, porque si vosotros tenéis derecho a disfrutar de vuestra libertad de expresión, vuestro jefe tiene derecho a ejercer su derecho al honor. –Y para dilucidar estos asuntos, tenemos tribunales-.

Posted by Towsend at 5:28 PM