credibilidad

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Buñuelos de gobierno

Ingredientes:

  • Unas elecciones
  • Uno o varios gobiernos
  • Un régimen con sus instituciones
  • Un programa electoral

Opcionales:

Sazonamos con encuestas  un programa electoral y lo dejamos a remojo en el marco de unas  elecciones, preferiblemente generales. Iremos viendo como el efecto de las encuestas puede provocar algunos cambios en nuestro programa electoral, lo único con lo que tenemos que tener cuidado es de no pasarnos porque un exceso de encuestas puede hacer que la masa no cuaje nunca.

Una vez accedemos al gobierno horneamos nuestro programa en la realidad, dada la situación de crisis que vive nuestra sociedad, si ahora intentamos esta receta seguramente el horno se caliente a una velocidad tremenda, así que el truco está en la audacia y rapidez con la que seamos capaces de hacer esta receta, porque si tardamos demasiado es probable que se nos achicharren los buñuelos.

En este momento debemos decidir con que rellenamos nuestros buñuelos:

Podemos elegir dejarlos completamente vacíos, la receta quedará extremadamente sosa y  además suele producir que el buñuelo quede muy duro por fuera contrastando con el vacío interior.  Podemos tratar de adornar el exterior, pero seguramente no termine convenciendo ni a los más fanáticos de nuestra cocina política, y muy probablemente nadie quiera repetir nunca jamás nada que cocinemos.Esta variación de la receta la podríamos llamar “Buñuelos de Gobierno a la Zapatero”.

Podemos añadir picadillo de promesa política como relleno. Lo malo del picadillo, es que suele ser muy poco consistente y además es una receta algo tosca  que no pega con los paladares exigentes que suelen degustar los buñuelos de gobierno.  Por otro lado  lleva muy mal largos periodos de tiempo expuestos al calor del horno de la realidad (lo que los más exigentes chefs llaman “un bluf” o “mucho lirili pero poco lerelele”). Esta variación de la receta la podríamos llamar “Bueñuelos de Gobierno a la Hollande”

El último relleno, y el que recomendamos encarecidamente desde esta humilde cocina es el del poder popular. Lo cierto es que este relleno merece una receta propia que pronto presentaremos, pero podemos adelantar que  necesita de muchísimo trabajo y muchísimo cuidado en su elaboración. También podemos aportar algunas claves para prepararlo en esta intervención de Alberto Garzón. Esta variación de la receta la llamaríamos “Buñuelos Constituyentes”

Llegamos al final de receta, para probar si nuestros buñuelos son buenos cogeremos un mazo, el del régimen, y los golpearemos. Desde nuestra experiencia y conocimiento podemos afirmar que si el buñuelo está vacío al principio no se romperá pero terminará resquebrajándose y haciéndose migas, arruinando todos los adornos que pusimos. Si está relleno de picadillo muy posiblemente reviente y esparza su contenido por todos lados encabronando bastante a los comensales. Finalmente si lo hemos rellenado de poder popular, correctamente preparado, aguantará y será del gusto de los paladares más castigados por la crisis , tal y como ponen de relevancia algunos de los mejores críticos de gastronomía política en algunos países de América Latina.

Quiero terminar agradeciendo a Hugo Martinez Abarca su post de hoy porque ha servido de inspiración para esta receta

 

Sindicalismo a la walkingdead

Ingredientes

  • Una  transformacion de la estructura empresarial y productiva
  • Una no transformación de la estructura sindical
  • Un pacto social durante la burbuja económica
  • Una crisis económica brutal y de confianza de los trabajadores
  • 2 toneladas de pegatinas y banderas de EL sindicato.

Ponemos a macerar durante 30 años la estructura empresarial y productiva de un país, pasamos de un modelo de grandes empresas , algunas de ellas públicas, a un modelo de pequeñas y medianas empresas atomizadas y con muy pocos trabajadores.

Al mismo tiempo metemos la estructura sindical durante 30 años e  un congelador. La temperatura adecuada son  unos -10ºC  para que se mantenga inalterable.

Ahora ponemos una burbuja económica en el horno y vamos añadiendo tacita a tacita un caldito de pacto social  mientras los salarios de los trabajadores con contrato crezcan con el IPC o por encima del IPC . Condena algunos efectos adversos como la falta de acceso de la vivienda de la población, el fracaso escolar  el deterioro orquestado del sistema público de educación, la mierda de modelo productivo, la precariedad laboral juvenil… Pero oye no dejes de echar tacitas de caldo de pacto social.

Al reventar la burbuja económica dentro del horno, el caldito de pacto social saldrá disparado para todos lados y dejará hecho todo unos zorros. No te preocupes, es señal que la receta va bien.  Sazona todo con unas convocatorias de huelga general, pero tampoco te sobres , que entonces la receta se puede ir al carajo, y entre medias echa una taza gorda de pacto social (la marca pensionazo funciona muy bien).

Recoge todo el caldito de pacto social desparramado. que habiéndolo dejado por ahí a su aire se habrá solidificado y transformado en una crisis de confianza de los trabajadores.

Ahora mételo todo en el congelador durante 1 año añadiendo un poco más de huelga general cada cierto tiempo. Si ves que te pasas echando huelga general, invita al presidente de la patronal o algún ministro del PP a tus congresos. Cuando te apetezca servirlo, decóralo todo con pegatinas DEL sindicato y banderitas. Y ya está ya tenemos nuestro sindicalismo walkin dead.

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Nota: Os aseguro que me ha costado mucho mucho escribir esta receta, soy un afiliado a un sindicato mayoritario y me produce una tremenda pena ,y muchísima rabia la situación que estamos viviendo. Vamos de culo, cuestabajo y sin frenos, y la cúpula no se da cuenta de que por este camino vamos al desastre. Vamos al desastre por una sencilla razón, porque en mitad de esta crisis los trabajadores y trabajadoras debemos organizarnos, y los sindicatos son la herramienta para hacerlo. No obstante  organizarse para intentar pactar con quien no quiere ,ni necesita pactar, es tontería, organizarse para dar paseos por las calles es tontería, organizarse para seguir haciendo lo mismo que llevamos haciendo desde 2008 esperando un resultado distinto, es locura.

Actualizado 7 de Junio de 2013: Tras un par de sucesos que explicaré en un próximo post he pedido mi baja de ese sindicato mayoritario, esta receta era premonitoria.

 

Lección en el caso Talegón: La confianza se construye desde abajo

Publicado originalmente en el 25 de Febrero de 2013

Tú decir que si te votan…”

Javier Krahe – Cuervo ingenuo

Yo difundí el vídeo de Talegón sin conocer al personaje, debido al contexto en el que se produjo. Me parecieron interesantes algunas ideas que lanzaba, y no sólo en el marco de unos partidos “socialdemócratas” a la deriva, sino en el contexto de unas organizaciones políticas que tienden a ningunear a sus militantes más jóvenes, reservándonos papeles secundarios, ignorando nuestra capacidad de análisis, nuestras posibilidades de adaptarnos a un contexto  convulso y, en definitiva, sin valorar el potencial que tenemos como motores de la acción política y la transformación social.

Después de que su vídeo corriera como la pólvora vino la polémica sobre el personaje, y su posterior expulsión, junto al ex ministro Juan Fernando Lopez Aguilar, de la manifestación de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. No voy a entrar a la polémica completamente estéril sobre si estuvo bien o mal, otros ya han escrito, y mucho, sobre el tema, tanto a favor como en contra. Lo que me interesa es cómo este hecho puso de manifiesto la absoluta falta de confianza y de credibilidad.

El principal problema del PSOE hoy no son sus posicionamientos, sino su completa  ausencia  de credibilidad entre los ciudadanos. Este problema, no obstante, no es patrimonio exclusivo del PSOE. Si así fuera, Izquierda Unida y otras fuerzas a la izquierda del PSOE habríamos recogido una mayor porción de voto en vez de que muchos votantes defraudados se dirigieran hacia la abstención o hacia la indecisión.