Paz positiva, paz negativa, #15M y #londonriots
Venía escuchando el programa “En días como hoy” de Radio Nacional de España, cuando he escuchado algunos comentarios de supuestos indignados que condenaban el uso de la violencia en las protestas de Londres, y ponían de ejemplo la expresión de protesta pacífica que esl el #15M en nuestro país. Ante todo, citar a otro gran compañero, esta vez politólogo Rubén Sánchez, que nos viene a decir que comparar lo de Londres, para bien y para mal, es pura demagogia. Como Rubén creo que ambos movimientos de protesta son muy diferentes, y que lo único que tienen en común es un momento del capitalismo tremendamente malo, donde las poblaciones están sufriendo mucho. Pero este post, no va a tratar de esclarecer las diferencias sociodemográficas y políticas entre ambos movimientos, sino ahondar un poco en eso del “pacifismo”.
Generalmente y en la calle se ha entendido siempre “la paz” como ausencia de conflicto explícito. Por poner un ejemplo cotidiando, tu puedes odiar a tu vecino, puedes desear su muerte por mantener relaciones sexuales a las 2 de la mañana un martes sin dejarte dormir y trabajando tú al día siguiente, puedes desearle grandes desgracias a él y a su perro cuando encuentras pelos de su animal en tu ropa tendida, pero mientras no subas, le grites, e incluso quizás le metas dos ostias, se entenderá que hay “paz” entre vosotros (para nada estoy usando este blog para liberar las tensiones que me genera mi vecino de arriba). Esta forma de concebir la paz, es la forma clásica y tuvo su máximo apogeo durante el periodo de Guerra Fría, en los centros de pensamiento de Estados Unidos y de hecho es el sustrato ideológico de lo que se llamó “La mutua destrucción asegurada“, que en resumidas cuentas consistía en que EEUU y la URSS tenían tantas armas nucleares, que cualquier invasión o agresión directa de uno hacia otro produciría la destrucción de ambos y del mundo entero de paso. ¡Que planazo!
Bien, la otra forma de conceptualizar la paz, tenemos que agradecérsela al sociólogo, Johan Galtung, es la paz positiva. La paz positiva significa la ausencia de violencia estructural. La violencia estructural puede tener muchas caras y tomar muchos aspectos, puede ser tu vecino puteandote aun él siendo inconsciente que lo que hace te perjudica, pueden ser dos superpotencias liberando tensión bélica en tu territorio y arrastrándote a millones de muertos, puede ser encadenar 20 contratos en un año en una misma empresa sin tener opción ni expectativa de mejorar, puede ser que sepas que por razón de sexo, origen, o condición social no vas a tener las mismas oportunidades en la vida que otras personas, o puede ser que por culpa de la especulación y las recetas del FMI de hace 20,30 ó 40 años el país en el que vives sufra una hambruna de la leche y la gente se muera de hambre
La verdad es que el capitalismo a través del estado ha logrado con bastante éxito mantener la paz negativa y cuando vio que esto no era suficiente y que el movimiento obrero era una verdadera amenaza, aceptó la creación del estado del bienestar para mitigar la violencia estructural y tratar de construir la paz positiva. Flaqueando y ya una vez caída la URSS no hubo motivo para temer a los trabajadores y volvimos a la fiesta, se fue recortando cada vez más y más el estado del bienestar y se fue liberalizando el mercado hasta que llegamos a la situación que vivimos ahora, todo unido al uso de los mecanismo gramscianos para convencer a los ciudadanos de que todo era cojonudo
La situación que vivimos ahora, al menos en España, y en muchos países europeos es clara. Aquí paz positiva, lo que se dice paz positiva no hay. Precariedad, dificultad para llegar a fin de mes, recorte de derechos laborales y sociales. Eso por parte de lo que ahora nos ha dado por llamar “los mercados”, de la mano del estado. Pero hasta ahora la ciudadanía en España había reaccionado poco o nada, y se limitaba a aguantar. Las movilizaciones del 15M, aunque algunos no les guste oirlo, son una forma de romper la paz positiva por el lado de la ciudadanía. Legítimamente o no, las movilizaciones generan molestias, interrumpen tráfico, hacen incómodo el acceso a los plenos a los políticos, ocupan espacios públicos, en definitiva se convierten en una manera de “responder”. Otra cosa es que el movimiento se niegue a romper la paz negativa y le regalen flores a los antidisturbios en vez de piedras y cocteles molotov.
Hay algunas informaciones interesantes sobre lo que sucede en Londres, como que los barrios donde se están produciendo las protestas son barrios tremendamente pobres, o con “mezclas explosivas” de población lo que viene conociéndose como guetos . Es decir, que en términos analíticos en España podemos estar mal, pero posiblemente la violencia estructural que sufren en esas zonas, y además de la cantidad, el tiempo que llevan sufriéndola, tenga mucho que ver en esta ruptura de la “paz negativa”. Recordemos también que estos incidentes se han producido a raíz de la muerte de un joven a manos de la policía, que la familia a penas dispone de información, que no pudo identificar el cadaver hasta 36 horas después, que no es el primer tropiezo de Scotland Yard de este estilo (todo esto lo saco de El País de hoy en edición de papel) y un largo etcetera.
En definitiva, comparar el 15M y lo de Londres es total y absolutamente absurdo, pero lo de Londres debería ser motivo de reflexión, es ese otro al que no deberíamos de querer llegar, pero ojo, no creo que sea un aviso para el 15M, es un aviso para gobernantes y mercados pues cuanto más alta es la violencia estructural (es decir, cuanta menos paz positiva hay) más posibilidades existen de que se rompa la paz negativa, a menos que alguien tenga un botón del pánico nuclear.
Me gusta el planteamiento. Sólo que, tal vez por la edad, no puedo creerle al señor Galtung más allá de lo teórico. Esto no es por cinismo, sino porque es un argumento del estilo “huevo o gallina”. Puesto que para lograr cero violencia estructural hay que liquidar u obligar a cambiar de opinión a miles o millones de personas que en todos los países apoyan las medidas capitalistas y no igualitarias. Entonces no veo como llegar a la no violencia estructural sin mucha violencia de por medio.
Mientras tanto yo confío más en la democracia y los consensos. No sólo porque son menos violentos, sino porque son más perdurables.
Entiendo tu objeción, y hasta al comparto en parte
Pero una matización puede que el concepto paz negativa sea binario, o hay paz negativa, o no la hay. Es decir o 0 ó 1.
Pero el concepto paz positiva puede construir una línea que va desde 0 a 0,99999999999999999999999999999999999999999. Donde 0 es la máxima situación de violencia estructural y 1 la total ausencia de violencia estructural. Así igual que no es posible hablar si bueno, la verdad es que la guerra civil Somalí últimamente está más pacífica, si podemos decir que el estado del bienestar ayudó a reducir la violencia estructural en Europa.
Por otro lado, eso que llamas democracia y consenso, en los países liberales capitalistas excluyen a mucha gente. Lo hemos hablado bastantes veces, es la teoría del 80/20 o 90/10. En el mejor de los casos, el 80%/90% de la población construye consensos y pacta las leyes (lo cual no implica que no sufran violencia estructural, solo que aceptan sufrirla), mientras el 20%/10% se encuentra excluido.
Y aquí nos acercamos a una cuestión de valores, yo prefiero seguir aspirado a la paz positiva completa, sin terminar matando gente, puede ser una utopía pero en algo hay que entretenerse.
Salud!