Cocido Madrileño

 

A mucha gente le puede costar entender lo que sucedió el pasado fin de semana en la conferencia de organización de IU-CM, ¿Por qué la mitad de la organización no acudimos a la citada conferencia? Desde la Cocina política de Gon traemos esta una nueva receta de los creadores de puchero de conferencia:

Ingredientes:

  • Una Asamblea Regional con 850 delegados que termina antes de poder debatir las modificaciones de estatutos.
  • Una convocatoria de conferencia de organización con normas no aprobadas estatutariamente
  • Una comisión de Arbitraje y Control absolutamente desbordada por las impugnaciones.
  • Una propuesta de modificación de estatutos digna del madracismo.
  • 309 enmiendas aprobadas por las asambleas de base.
  • Un proceso de debate y aprobación de enmiendas ligeramente delirante

 

Ponemos en remojo durante 10 meses una Asamblea Regional que acabó con la organización partida en dos bloques de tamaño casi idéntico (los ya famosos 51% y 49%) y en la que no dio tiempo a debatir las modificaciones estatutarias.

Cogemos el mandato surgido de la Asamblea y lo retorcemos hasta que diga lo que nosotros queremos que queda convocada una conferencia para modificar los estatutos y con ello nos saltamos la necesidad de acuerdo entre las 3/5 del máximo órgano entre asambleas para aprobar las normas de una conferencia. Así tenemos una conferencia mucho más cuca, más manejable y por supuesto donde nos aseguramos ser mayoría para aprobar lo que queramos.

Ahora sacamos del congelador nuestra propuesta de modificación de estatutos Madracista (Es Madracista porque en honor a su cocinero original, Javier Madrazo, quien logró quedarse con las siglas en Euskadi a pesar de haber sido expulsado él y su gente por hacer cosas muy turbias).

Para adornar nuestra propuesta Madracista la echamos al puchero que hemos preparado 309 enmiendas realizadas por las asambleas de base mediante el debate democrático y horizontal especialmente para contrarestar el mal olor que tiene la propuesta Madracista (es una mezcla del de la col hervida con brocoli y unos calcetines postmanifestación un 30 de Julio).

Dejamos que todo se cueza en la olla de la comisión de arbitraje y control durante meses con algunos movimientos como “que sí que voy a intervenir”, “que sí que voy a mediar”, “que sí que voy a negociar” todo eso ayudará a que la receta coja cuerpo aunque al final la comisión de arbitraje no llegue a fallar antes de que se celebre la conferencia.

Ahora por fin añadimos el último toque: un formato de debate ligeramente delirante donde resulta que no sólo se aprueban sino que se transaccionan las enmiendas de gente que no asiste a la conferencia.

Y ya está, ya tenemos nuestro cocido madrileño ahora podemos usarlo para pasar el rodillo en todos los espacios de la organización donde no conseguíamos ser mayoría o anular parte de su impacto donde ni haciendo un puchero de proporciones épicas lo lograríamos.

 

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