Decisiones
Por qué cuando vas al maldito Decathlon, tienen como 20 calcetines diferentes para correr, pero ninguno que haga todo.
Por qué cuando vas al maldito Decathlon, tienen como 20 calcetines diferentes para correr, pero ninguno que haga todo.
Te levantas. Vas al trabajo. Vuelves a casa.
Te levantas. Te duele la cabeza. No puedes tomar café. No hoy. El médico te ha recomendado no hacerlo. Por recomendar recuerdas su mirada fija en las humedades del techo mientras decía “Es su salud”. Llenas un vaso de agua, metes un puñado de pastillas en la boca y tragas. Te metes en la ducha.
Vas al trabajo. Estudias los rostros mientras vas en un atestado metro. Te pones delante de alguien sentado con la esperanza de que se baje en la siguiente y te puedas sentar en su lugar. Has tenido suerte y te vuelcas en ignorar las paradas hasta tu destino. Hoy no has traído un libro. Vas saltando de aplicación en aplicación de móvil. Aprovechas las estaciones con cobertura para actualizar y leer una y otra vez lo mismo. Llegas. Las siguientes horas están en blanco porque eso consiste trabajar. Vendes tu alma 8 horas al día, con suerte no más, y te pagan. Hablar del trabajo es cómo hacerlo de algo que has vendido en Wallapop. Te quedas la valoración del comprador y con suerte no te regatean. Tu mente vuela libre hasta la hora de salir.
Vuelves a casa. Estás agotado. Quieres tumbarte y echarte a dormir. Piensas que el fin de semana aún está lejos. Mientras divagas pones la televisión. Ojeas un par de webs con un programa recomendado y pones música de fondo.
Es el triángulo de la Bermudas, sus vértices Netflix, Spotify e Internet. Cuando te quieres dar cuenta no has hecho nada de lo que te has propuesto. Tú tiempo se ha ido y no va a volver. Imaginas que, dentro de años, cuando aparezca ese tiempo como un pecio a la deriva, te preguntes qué harías más joven. Por qué no aprovechaste. Olvidarás entonces que los tripulantes de ese barco a la deriva eran el hastío y el cansancio. Que cómo en el auténtico triángulo de las Bermudas se han perdido y solo estás viendo la nave.
Quizás mañana. A lo mejor mañana es diferente.
Te levantas. Vas al trabajo. Vuelves a casa.
PS. Gracias a Terry Pratchett por Terror Incognita» «Volume 29c Part Three», clara inspiración de la tira tras todos estos años