Archive for enero, 2012

Más tazas

Hace tiempo, hicimos un experimento una persona y yo sobre escribir pequeños párrafos. Todo en base a una frase y unas condiciones muy limitadas. El siguiente párrafo fue fruto de ese experimento.

Nada cambiará mi fe en los horóscopos. De pequeña creía que todo el cosmos cabía en el libro del zodiaco que leía mi madre. Imaginaba el futuro dentro de sus páginas. Soy un extraño caso de Géminis-Cáncer. Nací a las 12 de la noche justo cuando el 21 se convierte en 22 de Junio. “Un presagio”, decía ella. La vida se me iba a quedar pequeña como las mangas de los jersey que siempre me sacaba en invierno. “Eres cáncer, impulsiva y emocional, pero géminis: inteligente y con impaciencia por todo”, sobre sus piernas el gran libro y su dedo señalando: “Mira”.
Por eso hago tiempo en esta terraza. Con el corazón a punto de salir del pecho. Porque cáncer echó a correr cuando recibí una llamada. Porque géminis desde entonces piensa qué hacer. Y porque mi madre me dijo que el futuro estaba en las páginas de un libro.

Aún así, que el lector medio de este blog no languidezca. Ya hay preparadas dos tiras de esas que os gustan. De esas que dibujo para molestar a diversos grupos de sociedad tales como la gente que cree que los culos son mejores que las tetas, que los perros son mejores que los gatos, que teleco no es el hijo bastardo y desagradecido de la informática.

Por cierto. Llevo tiempo sopesándolo. Voy a pedir más tazas. ¿Alguien quiere unirse a hacer un pedido conjunto? Si eres de los que se quedaron sin su taza de «Tetas-Culos«, «Sentido de la Vida» o «Taza medio llena» puedes conseguirla por lo que nos cueste que las hagan (salieron a unos 8 euros). También puedes ver si hay alguna tira que te haga más gracia de las antiguas en www.bloj.net/entrari y todo es verlo.

 

 

Ecos

– Me gusta. No parece escrito por ti – Sueltas. Ríes de una forma tan casual que me da pánico. Mientras, te abanicas con los folios de un texto cuya paternidad, maternidad y casualidad me has arrebatado en un instante.

– ¿Por qué me creas eco?- Respondo malhumorado. – El eco no descansa. Por tu culpa ahora el eco vendrá a por mí. ¡Ya noto cómo espera! –

– Ahora me sales con lo del eco. Qué mono eres a veces.

Las palabras no son suficientes para describir las cosas que nos pasan. Yo soy un firme creyente de este hecho. Debería haber una palabra por cada persona del mundo. Pero sería imposible. Imaginaos a los filólogos si eso se pudiera hacer, especializados por ubicaciones geográficas tales como «Barrio de tal » o «Pueblo de cual». La literatura requería viajar para entender los libros que otros han escrito. Los diccionarios serían como grandes atlas con más anotaciones que una Lonely Planet

Yo he creado una palabra. En mi cabeza suena bien. Una vez la pronuncié y me sentí tonto. Sabéis a lo que me refiero. Cuando lo explico es «eco». Y cuando pienso en ello es el nombre tan raro que le puse.

Eco es lo que describe cuando un pensamiento se zafa en tu mente y está ahí. Esperando. Intentando colarse por las rendijas de tu consciencia para sonar de nuevo. Eso es el eco. Algunas personas piensan que el eco se produce cuando un sonido rebota. Y es así. Pero las cabezas de la gente deben de ser más grandes de lo que creemos y mucho más vacías. Al fin y al cabo toda tu vida tiene que caber ahí dentro. No sabes cuando ese eco va a chocar contra una pared en tu mente y volver.

– Qué haré si cuando escriba suena el eco de esa frase. Qué haré si leo y dudo si lo que he escrito es mío o del impostor que tomó mi lugar en este texto que te gusta tanto.

-Si eso ocurre ánima al impostor a quedarse. Parece un buen tipo con ideas y no lo sabe pero quiere llevarme a cenar.-

Decido pasar de todo. No mirar lo que mi impostor ha escrito. No pensar en ello. Pero mientras más lo intento ahí hay una idea. Una frase que jamás usaría para empezar una historia. Y lo peor es que podría funcionar.

 

 

Más allá

Muchas veces la escritura de este pequeño texto es quizás más difícil que el dibujar la tira en sí. Ya es peor si sabes que quieres dibujar, pero no sabes sobre qué. Es como una de esas veces en las que vas a la cocina y abres la nevera otra vez. A veces los seres humanos tenemos la esperanza de que los frigoríficos cambien de opinión sobre su contenido. Da igual que lo hayas comprobado al menos ya cinco veces en la última hora. Aunque conozcas hechos tales como que te bebiste la última cocacola, y en esa casa sólo tú haces la compra.

Tengo una amiga, vamos a llamarla Srta Mint, cuyo don es matar gente. No es un trabajo fácil. A veces requiere un empujón por las escaleras. Un empujón en un paso de cebra. Un empujón por una ventana. Como veis ella se ha especializado en muerte por empujón. No es una modalidad sencilla, y no siempre la victima colabora. Cuando alguien se especializa tanto en la muerte se hace preguntas. Como cuando alguien trabaja mucho tiempo sirviendo hamburguesas en el McDonalls. Acaba interesándose por la vida de las ratas que sirve. Esto es igual.

Srta Mint me plantea como hipótesis si hay más allá. Que si en el «más allá» llueve. Que suponiendo que haya más allá, si vas lejos si eso el «Más allá de allá» y si vuelves si es el «Más acá del más allá». Yo le respondo como puedo. He viajado poco. Lo más cerca de morirme que he estado fue un ridículo espantoso que hice una vez y cuando pensé que podía hacer un largo buceando en la olímpica. Ambas experiencias igual de traumáticas. Así que todo son invenciones que digo con firmeza. Cuando dudéis, hacedlo con solidez. En estos días, si no lo pueden comprobar con la wikipedia en el momento habrás ganado unos minutos para defender cualquier argumento por muy falso que sea. Otra forma de ganar tiempo es decir que lo has leído por ahí. Puedes citar como fuentes autores que suenen a alemán o a polaco. Doy por sentado que te los tendrás que inventar. Ahí ya casi has ganado porque la excusa de «No se deletrearlo, pero si sé cómo suena» funciona 4 de cada 5 veces.

Básicamente, sin saberlo, la Srta Mint me ha regalado esta tira. Como soy muy educado aprovecho para saludar y para alejarme de cualquier sitio desde el cual me pueda empujar cuando lo descubra.

PD: El Más Allá de los lectores de Crepúsculo es una suerte de infierno repleto de pederastas de doscientos años que brillan a la luz del sol y dicen «No me mires, soy un monstruo»

 

La importancia de tener una mesa

El Gremio de los Artesanos lleva años fabricando mesas para nuestros hogares. Dichas mesas han dado un valioso servicio en diversos lugares de la casa. Ya sea comedor, cocina o habitaciones. Los más afortunados incluso en el jardín.

Una mesa no es barata. El Gremio de los Artesanos insiste en ello. Una mesa es el producto de una gran cantidad de profesionales. Desde el leñador que selecciona el árbol.  El aserradero al cual llega el mismo. El conductor que trasporta la materia prima o el artesano que convertirá toda esa madera en una mesa. No olvidemos al profesional que la pone a la venta. Una gran cadena que ha de obtener su justo y pequeño margen de beneficio. Todo a su disposición para que puedan gozar de una mesa de calidad.

Una mesa no es barata, pero es qué todo el mundo necesita una mesa.  Sería injusto que hubiese gente que pudiese gozar de una mesa solo porque un vecino haya comprado una nueva y la regale porque ya no la utiliza. Más injusto aún es que se la encontrase en la calle. El Gremio de Artesanos tiene que regular este tipo de situaciones. El usuario final de la mesa podría percibir que el producto vale menos que lo que cuesta. O peor, evitar que vaya a disfrutar de un producto de menos calidad que una mesa nueva.

Algunos acusan injustamente al Gremio de Artesanos de estar haciendo grandes cantidades de dinero a costa de todo esto. Lo que no se entiende es que en el pasado, la artesanía no estaba reconocida como la profesión que es ahora. El gremio existe para que se protejan los derechos de aquellos que fabrican mesas. Sus derechos. Todo ello sin dejar de vigilar el peligroso uso que se está dando a las mesas en las bibliotecas o restaurantes. Lugares en los que montones de personas usan las mismas mesas para diversas actividades.

Hace poco el Gremio de Artesanos ha empezado a dar un importante apoyo económico a grupos políticos. Es normal que lo hagan, ya que estos han reconocido la importancia de la mesa en la sociedad moderna. Un derecho. Esto ha permitido que se empiece a legislar paralelamente en función de ciertas incidencias observadas por el Gremio de Artesanos. Por ejemplo, en algunos hogares existen superficies planas que potencialmente podrían usarse como mesa. De ahí es de dónde viene el canon por compra y posesión de casa. Este mismo se aplica, por si acaso, a las tiendas de campaña.

Recientemente se han venido observando cómo grandes superficies, tales como Ikea, ofrecían mesas de bajo coste, o incluso las regalaban si los compradores se llevaban las sillas. No solo eso. Promovían incluso el trueque de las mismas, o su reparación. Prácticas que vulneraban del todo los principios que defendía el Gremio de Artesanos. Si todo el mundo ahora puede tener una mesa, ¿cómo van a apreciar entonces su valor?

Esta mañana el Gremio de Artesanos ha anunciado que retira su cuantioso apoyo monetario a los principales partidos políticos del país. Curiosamente de ideologías opuestas.

Esta tarde se han intervenido y cerrado de forma fulminante todos lo Ikeas. Quizás eso haga pensar a quien menoscaba el valor de una mesa. Y que sirva de aviso. Menaje del Hogar, es un mensaje.

 

Exámenes y Google +

Es increíble la cantidad de mierda que se puede hacer en fechas próximas a exámenes. Por no hablar de que dicha cantidad aumenta exponencialmente EN exámenes.

Hoy ha sido uno de esos días mágicos en donde no solamente descubres por enésima vez que tu compañero de laboratorio es un tanto inútil o que esa práctica que funcionaba perfectamente se va a hacer gárgaras delante del profesor mientras la entrega gracias a la Máxima Universal de Murphy (M. U. M.), sino que procastinas de una forma tan profesional que no solo acabas teniendo una conversación profunda contigo mismo y un par de personas más a través de una red social y ello te lleva a idear, dibujar y entintar DOS tiras. Lo cual se merece doble café de victoria, como ya comentamos anteriormente.

Para aquel que le gusten los retos de verdad (o el sadomasoquismo con sierras mecánicas y grapadoras neumáticas) y no las mariconadas de preguntas de Saber y Ganar, ¿Quieres ser millonario? o La ruleta de la fortuna cualquier concurso con un mínimo de cultura necesario para llevarte cuatro perras si no te las quita Hacienda, os invito a matricularos en Informática de la UCM. Claro que ahora está un tanto más light la cosa entre los grados y todo eso, pero si conseguís plaza en una asignatura de «las grandes» como EDI o MTP, apuntaros. Veréis lo que es llorar y sacrificar a vuestro primogénito nonato por conseguir llegar al… 4. También vale matricularse por profesores para seguir disfrutando: la recomendación del chef de esta semana es Palomino.

Y una vez finalizado el tocho, os dejo con Entrari. Porque os pensabais que era él, ¿verdad? ¡JÁ!

PS de Entrari: Gracias Dave y a todos los que han colaborado en la tira. Voy a empezar a contratar monos esclavos que escriban por mi!

 

Quién eres

– Bueno, ¿y bien? – una chica me miraba expectante. Como si tuviese que decir algo.

– ¿Y bien qué? Perdone señorita, no entiendo…

– ¿No entiendes qué? Joder. No me mires así. Que qué has pedido.

Los extraños me ponen nervioso. Los extraños que me tratan con naturalidad, cómo si me conociesen de toda la vida. Esa gente que en el autobús o el tren te cuentan de improviso que van a ver a su hijo. Que se les ha muerto el perro. Que Dios tiene un plan especial para tu vida. Nunca me he encontrado con una extraña del tipo «Hola, nunca he tenido sexo en los baños de un aeropuerto». Supongo que si se diese el caso, arruinaría la oportunidad saludando a todas las cámaras diciendo «No he caído». Solo por si acaso.

– Yo he pedido que nunca nos falte de nada. ¿He sido lista verdad?. No es como pedir ser ricos, esto es mucho mejor. Desde pequeña siempre he pensado en ello y qué pedir si se me presentaba una oportunidad como esta. No podremos darnos a excesos, pero lo esencial siempre va a estar ahí. Incluso si nos vamos de viaje. Es como pedir un montón de cosas insignificantes.

La chica gesticulaba emocionada. Demasiado cerca de mí. Ignorando esa burbuja que tenemos todos y que yo procuro pulir a diario. Estoy orgulloso de las dimensiones de mi burbuja. Cuando muera pediré un ataúd grande para que los dos reposemos eternamente. Mi burbuja y yo.  Si me incineran procuraré dejar claro que quiero un jarrón tan grande como un paragüero. Me da agobio solo de pensar estar en esos minúsculos recipientes azules que la familia porta como diciendo «Aquí está lo que queda de nuestro ser querido. No son las cenizas de una barbacoa de la que queremos conservar un bonito recuerdo»

– ¿En qué estás pensando? Conozco esa mirada. Estás con la mente en otro sitio.

– Perdone, pero usted y yo no nos conocemos de nada. Mi nombre es…

– Fran. Tú nombre es Fran. Dime, Fran. ¿Qué has pedido?

Pensó que estaba jugando con ella. No me creía. Me explicó lo de las paredes azules. Lo de la la Chīsana hitobito. Lo de los dos deseos que nos concedían. Hubiese salido corriendo si no estuviese paralizado por la tensión. Quizás hubiera sido mejor porque me enseñó mi móvil y ahí estaba todo. Lleno de mensajes de las dos últimas semanas con referencias a esta locura. ¿Lo peor?. Parecían hechos por mí. ¿Quién si no dice ajonjolí estos días en lugar de sésamo?.

-Fran. Por favor. Estarás en shock. No me asustes. Dímelo. ¿Qué has pedido?

-Perdone. Pero no sé de qué va esto. No sé cómo ha puesto eso en mi teléfono. Está claro que se lo han currado mucho y…

Ella debió de reconocer en ese instante mi cara de buscar las cámaras. La cara que dije que pondría en el aeropuerto. Primero se llevo la mano a la boca con un «No, no, no, no» absolutamente blanca. Nívea por la impresión. Después la sangre volvió de inmediato a su rostro. Roja totalmente. Una transformación por un razonamiento que aún desconocía. Totalmente llena de ira.

-Maldito hijo de puta. ¡Has pedido olvidarme! Hijo de puta. ¡Hijo de la gran puta!

Yo quería desaparecer de allí . Ya. En ese momento. La gente nos miraba mientras ella seguía gritando contra la pureza de mi madre, una y otra vez. Avanzando hacía mi furiosa. Fue la persecución más corta del mundo. Dos metros de acera hasta el pavimento.

– ¡Hijo de puta!. Eres un hijo de puta. ¿Lo oyes?

Subí a un taxi que ya estaba esperándome. No sé por qué, pero sabía que era para mí. Me lo dijo mi instinto de supervivencia. Él jamás se equivoca. No miré atrás pero seguí oyendo los restos amortiguados de su voz. Los últimos «hijoputas» muriendo a manos del efecto doppler de un taxi a la velocidad de la vergüenza.

Cuando pagué ya tenía el dinero justo en mi bolsillo. Esperándome. Desde entonces, no recuerdo que me haya faltado nada jamás.

 

Lomografia

Tu tira es un nabo. Sin ofender

Tengo la mano rota. Por eso a mí me gusta que me la pelen. La fruta. No soporto la fruta con piel excepto honrosas excepciones.
Hay un tipo de ser humano que siempre está ahí para llenarnos con su conocimiento no solicitado. «- Todas las vitaminas de la fruta están en la piel». ¿Y qué?. A mí me gustaría verlos comerse sin mondar una naranja, una piña, una sandía o un melón. Dejaré los plátanos en paz porque que hay algunos que se los comen enteros. Es una fruta que ha vivido y sufrido mucho. ¿No me creéis? Haced la prueba de comeros uno en sus vuestros puestos de trabajo. Y por dios, sed rápidos.
Yo no me fio de las vitaminas. Son malvadas. Ahí están, con su grupo prostético mirándote a los ojos. La prueba es que poco a poco se han hecho con el mercado alimenticio. Ahora hay vitaminas en sitios en los que uno se sentía seguro. Los zumos son un terreno con el que podemos ver por dónde van a ir los tiros. «Ahora con A,B,C y un 90% de las letras del abecedario» todo en Comic Sans a 72pixels de tamaño. En pequeño «Ah, y sabor naranja». Ya he empezado a ver pollos enriquecidos, y no me refiero a los tíos de la banca.
Y he de añadir. A todos vosotros, amantes de las vitaminas. A vosotros que las tomáis en pastillas «A,C, grupo B, E, K y su puta madre en bicicleta» felicitaros. Sois propietarios de una orina más cara que los demás, como dijo Sheldon
Yo por mi parte siempre pelada, o como ahora, que me la pelen. Tengo la mano rota.
¿Os he dicho que se me ha roto la mano?

 

Como mi amigo Dave es una mala puta, y clasifica de nabo la tira anterior me siento obligado a resarciros. Espero que rulen los cafés al menos, que esto es por amor al arte (uno retorcido al menos). Eso sí, el próximo texto será de lo que me venga en nada. Por mantener el cosmos unido y a vosotros llorando. Se acerca además una tira de Patata con Ojos.

Mano Rota

Esta es una pequeña porción de una lista sobre canciones. Como me he roto la mano, apenas puedo hacer mucho más que poner ojos del gato de Shrerk y recuperar material perdido. Ahí va una tira de esas cero punto, las llaman. A ver quién es el primer cafre que dice que me la he roto a pajas. Os odio.

14. Ese momento en el que has echado arsénico en la copa de vino de otra persona, mientras brindas con ella, tiene una canción exacta:

Stuttgart Piano Trio – Piano Trio No. 2 In E Flat Major, Op. 100, D. 929: II. Andante Con Moto

– No sé qué sabor tiene el arsénico – digo mientras con la punta de una servilleta limpio de mis labios el sabor de un Martin Codax.
-¿Por qué lo dices?. El arsénico no sabe. Huele a almendras. – Respondes. Sigues bebiendo después de nuestro brindis. Me miras extrañada porque huelo mi copa. Hueles la tuya.
– Hijo de puta – Dices. Y dudas. Jamás fuiste una experta en vino. Ni tampoco en entender mis bromas. Es lo que tiene el interés. A veces es tarde para recuperarlo.

 

Último post del año

Hablo con mi buena amiga Miakkes. Está al otro lado de internet. ¿Cómo es el otro lado de internet?. Pues no lo sé seguro. Está ahí. A veces cuando cruzas para ver como es el otro lado descubres que la gente cambia. Que su capacidad de comunicarse se queda atrapada en la red. Es como si para llegar al otro lado de internet te dejases algo importante en el viaje. Quizás si cruzases a través de internet podrías llegar del todo a esa persona. Pero nosotros no. Somos seres analógicos asomados a una ventana digital. Nosotros para ir al otro lado hemos de dar un rodeo. El rodeo malo. En el que la gente tiene sólo un porcentaje de su ingenio, de su gracia, de su profundidad. Cuando giramos alrededor de la red para vernos también nos perdemos nosotros. No lo vemos. Pero la otra persona es comprensiva porque nosotros lo somos.

Qué haces– Escribo a Miakkes por gmail.
– Pintarme las uñas. – leo después de un rato
– Ten cuidado no te pintes un huevo – Respondo
– No tengo huevos.
Entonces imagina el poco cuidado que has de tener para pintar uno entonces.

 

Poderes zoodiaco

Este podría haber sido un post sobre lo que me queda del 2011. Este podría haber sido uno de esos en los que dependiendo del estado de ánimo, uno hace balance de las cosas buenas, o de las cosas malas.

Uno, de lo bueno, no se suele acordar. Lo bueno, lo agradable, deja en nosotros una huella leve. Como si su recuerdo hiciese con el dedo en la espalda -«Eh, tú» presionando con el índice con cautela para que nos demos la vuelta. Y lo haces. Y reparas en ello. Te alegras. Cuando dejas de mirar olvidas que está ahí. Así somos nosotros. Bienvenido al ser humano. Entra. Tenemos galletas.
Lo malo. Lo desagradable. Las malas noticias. La mala suerte. Los malos gestos. Una contestación desafortunada. Una putada. Una mala casualidad. Todo. Lo que nos jode tiene un filo infinito. Desde llegar a ser el papel que te corta la yema de un dedo y escuece, hasta ser un puñal en unos de nuestros riñones. La mierda de todos es una brillante espada que siempre taja, y siempre duele.

Y esto se debe a una razón muy simple. Autoprotección. Uno no se protege de las cosas buenas que le pasan. Procura que le ocurran tan a menudo como sea posible†*. En cambio las malas están ahí. Dejas que se te cuelen una vez y no lo olvidas. Hay que evitar que todo lo malo que nos pueda pasar vuelva a suceder ✩*
Si no me creéis, haced una prueba ahora mismo. Haced un rápido balance de las cosas que te han pasado este año. ¿Verdad que para las positivas has de decirte «Y también cosas buenas»?. Ahí está la jodida coletilla.
Así que si queréis un buen motivo para el 2012 olvidaos de mierdas de «Reducir mi huella de carbono» y similares. Esto no tiene nada que ver con el karma. Aquí lo malo pesa más. Procurad que la huella negativa que dejéis en los demás sea insignificante. Ya pasan demasiadas cosas como para encima contribuir a crear más carga.

Quizás yo sea una mala puta vengativa y vosotros unos seres maravillosos. No pasa nada. No os envidio. Dejad en los comentarios, que no escribís nunca, la dirección de vuestra casa. Iré a veros con un bate de aluminio a desearos la Navidad. No voy a dejar que me quitéis la razón. Soy un tío majo.

†*.Tú vecino, el Serpiente, ese que te pasa esa mierda tan buena puede estar dentro de este rango. Lo que le compras. No el Serpiente.
✩*Los premios Darwin son casi una honrosa excepción a este caso en el mundo del daño físico. Digo casi, porque un premio Darwin no da segundas oportunidades. En el terreno de los sentimientos y emociones, siempre en expansión, no se rige por estos cánones. Lo siento